Dador alegre
TU 3X1UNO
PALABRA & PODER
Dador alegre
De los asuntos más complejos para convertirse al cristianismo, es el bolsillo, lamentablemente esto tiene su origen en la parte de formación de padres a hijos, donde seguramente en muchos de los casos escuchamos frases como “ahora no tengo, gaste menos, después, toca ahorrar” y esta mentalidad de escasez se fue enraizando hasta que se hizo una fortaleza.
Se piensa que el dar a Dios, lo que es de él, no tuyo, es menos, pero para los propósitos divinos entras a operar bajo la Ley de la siembra y la cosecha, es decir bajo el sistema de provisión de Dios.
Cuando se trata de sembrar, la carne te dice “no tienes suficiente para los gastos este mes… no puedo dar”…Dios entiende.
Tu espíritu responde: “Estoy corto en mis finanzas porque no he sembrado suficiente semilla… seré obediente a la Palabra”.
La decisión final la determina tu mente (tu voluntad), el hacerlo demostrará si tu alma ha sido transformada o no con la Palabra de Dios (Romanos 12:2).
El cristiano, que no es dador, o siendo dador, no es un dador alegre, está fuera de orden con el sistema que gira en torno al pacto de gracia y la cruz de Cristo; está fuera de tono con la sangre y las heridas de Jesús; está fuera de orden con los propósitos eternos del Altísimo; no fluye para nada con la corriente de la gracia divina; debería estar bajo la ley, aunque en eso, en verdad, ni siquiera cumple con la letra. Charles Spurgeón.
2 Corintios 9:6-8 NVI Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. (7) Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. (8) Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes.
Si te enoja que se hablen de estos temas, compáralo como cuando a un joven se le habla de las obligaciones en la casa…es cuestión de madurez.
Amén.
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Yobani & Nancy Ortiz
Síguenos: http://iglesiapalabraypodercol.blogspot.com.co/
PALABRA & PODER
Dador alegre
De los asuntos más complejos para convertirse al cristianismo, es el bolsillo, lamentablemente esto tiene su origen en la parte de formación de padres a hijos, donde seguramente en muchos de los casos escuchamos frases como “ahora no tengo, gaste menos, después, toca ahorrar” y esta mentalidad de escasez se fue enraizando hasta que se hizo una fortaleza.
Se piensa que el dar a Dios, lo que es de él, no tuyo, es menos, pero para los propósitos divinos entras a operar bajo la Ley de la siembra y la cosecha, es decir bajo el sistema de provisión de Dios.
Cuando se trata de sembrar, la carne te dice “no tienes suficiente para los gastos este mes… no puedo dar”…Dios entiende.
Tu espíritu responde: “Estoy corto en mis finanzas porque no he sembrado suficiente semilla… seré obediente a la Palabra”.
La decisión final la determina tu mente (tu voluntad), el hacerlo demostrará si tu alma ha sido transformada o no con la Palabra de Dios (Romanos 12:2).
El cristiano, que no es dador, o siendo dador, no es un dador alegre, está fuera de orden con el sistema que gira en torno al pacto de gracia y la cruz de Cristo; está fuera de tono con la sangre y las heridas de Jesús; está fuera de orden con los propósitos eternos del Altísimo; no fluye para nada con la corriente de la gracia divina; debería estar bajo la ley, aunque en eso, en verdad, ni siquiera cumple con la letra. Charles Spurgeón.
2 Corintios 9:6-8 NVI Recuerden esto: El que siembra escasamente, escasamente cosechará, y el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. (7) Cada uno debe dar según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría. (8) Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes.
Si te enoja que se hablen de estos temas, compáralo como cuando a un joven se le habla de las obligaciones en la casa…es cuestión de madurez.
Amén.
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