En dificultades, pero…tomo una decisión!
TU 3X1UNO
PALABRA & PODER
En dificultades, pero…tomo una decisión!
Se suele pensar que el ser cristiano, o el promulgar serlo es estar alejado de los problemas, sin embargo al observar tu acontecer diario te das cuenta que no es así; allí, en estos momentos de crisis, surgen preguntas como ¿por qué a mí?, ¿qué estoy haciendo mal? ¡y eso que voy a la iglesia!, etc…dejando la sensación de que por que asistes a la congregación o que por estar en los caminos del Señor los problemas vienen… o se incrementan... pero no es así.... los problemas siempre existen y existirán, la diferencia es que ahora eres consciente de que tienes herramientas poderosas y efectivas para sacarte de cualquier dificultad.
La verdad es que con Dios o sin Dios, los problemas vendrán, el inconveniente es que a causa de la falsa expectativa del ser creyente llegas al dilema planteado inicialmente.
¿Pero qué ventaja tiene entonces el ser creyente, de no serlo? Y la respuesta es básica…en mucho y en gran manera…la diferencia es a quién tienes en esos momentos difíciles que siempre vendrán…
Por ejemplo, la escritura nos habla que José cuando estaba en la cárcel, era un hombre próspero, y no por estar en la cárcel, sino, que era próspero porque Dios estaba con él…es decir que en este caso la prosperidad no depende de lo que tengas, sino a quién tengas…
2 Corintios 4:8-9 LBLA Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados; (9) perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos;
Podrás estar afligido, agobiado, desesperado, perseguido y aún derribado…pero cuando estás seguro de lo que Jesús hizo por ti, habrá algo en tu interior que te dice ánimo (Proverbios 18:14), levántate (Isaías 60:1-5), no temas (Marcos 5:36), nunca te dejaré (Hebreos 13:5), y si siete veces caes, sabrás que siete veces te levantarás (Proverbios 24:16) y no encontrarás condenación sino a tu buen Jesús, diciéndote…”no te condeno” (Juan 8:11).
Gracias amado Dios por tu fidelidad, reconozco que en ti puedo estar seguro…. Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan. (Salmos 23:4 NTV)
Amén.
---
Yobani & Nancy Ortiz
Síguenos: http://iglesiapalabraypodercol.blogspot.com.co/
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Se suele pensar que el ser cristiano, o el promulgar serlo es estar alejado de los problemas, sin embargo al observar tu acontecer diario te das cuenta que no es así; allí, en estos momentos de crisis, surgen preguntas como ¿por qué a mí?, ¿qué estoy haciendo mal? ¡y eso que voy a la iglesia!, etc…dejando la sensación de que por que asistes a la congregación o que por estar en los caminos del Señor los problemas vienen… o se incrementan... pero no es así.... los problemas siempre existen y existirán, la diferencia es que ahora eres consciente de que tienes herramientas poderosas y efectivas para sacarte de cualquier dificultad.
La verdad es que con Dios o sin Dios, los problemas vendrán, el inconveniente es que a causa de la falsa expectativa del ser creyente llegas al dilema planteado inicialmente.
¿Pero qué ventaja tiene entonces el ser creyente, de no serlo? Y la respuesta es básica…en mucho y en gran manera…la diferencia es a quién tienes en esos momentos difíciles que siempre vendrán…
Por ejemplo, la escritura nos habla que José cuando estaba en la cárcel, era un hombre próspero, y no por estar en la cárcel, sino, que era próspero porque Dios estaba con él…es decir que en este caso la prosperidad no depende de lo que tengas, sino a quién tengas…
2 Corintios 4:8-9 LBLA Afligidos en todo, pero no agobiados; perplejos, pero no desesperados; (9) perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos;
Podrás estar afligido, agobiado, desesperado, perseguido y aún derribado…pero cuando estás seguro de lo que Jesús hizo por ti, habrá algo en tu interior que te dice ánimo (Proverbios 18:14), levántate (Isaías 60:1-5), no temas (Marcos 5:36), nunca te dejaré (Hebreos 13:5), y si siete veces caes, sabrás que siete veces te levantarás (Proverbios 24:16) y no encontrarás condenación sino a tu buen Jesús, diciéndote…”no te condeno” (Juan 8:11).
Gracias amado Dios por tu fidelidad, reconozco que en ti puedo estar seguro…. Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado. Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan. (Salmos 23:4 NTV)
Amén.
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